A mi hijo David.
Querido y siempre recordado hijo:
Ya han pasado 14 años desde tu
partida y aquí estoy fiel a mi cita contigo. Este año es un poco
especial porque se ha unido a ti el abuelo, al cual también echo de
menos, y me reconforta saber que estáis juntos.
Tu muerte, me dejó
un profundo vacío, un hueco que seguramente dejaste para que nunca te
olvide. Pero no te preocupes David, mi alma y la tuya estarán unidas por
siempre.
En cada lugar, en cada momento, siento tu presencia y sé que me escuchas y me das aliento para seguir adelante.
Gracias a ti encontré una manera distinta de mirar la vida. Lo pequeño
se volvió grande, lo insignificante se volvió apreciable, lo que nunca
vi ahora existe.
Al principio pensaba que ya nada bueno podía
suceder en mi vida, ahora sé que estaba equivocado. Creo que tu muerte
no fue en vano, que vino a darle forma y significado a cada momento de
mi existencia. Los 18 años de tu corta vida fueron suficientes para
hacer de mi un hombre fuerte, intenso, humilde, pero sobretodo
agradecido por ser lo que soy, por tener lo que tengo y por haberme
dejado tan maravilloso legado. Gracias hijo, por enseñarme a disfrutar
de la familia, de las personas y de las maravillas de este mundo.
Es
así David como he podido sobrevivir, pensando en ti, creyendo que mi
felicidad es tu felicidad. Aún no puedo decir que el dolor ya pasó pero,
al menos la desesperanza y la angustia del principio va siendo menor
conforme va pasando el tiempo. Sencillamente he aprendido a vivir con
el tremendo vacío que dejaste.
Nunca sospeché lo fuerte que podía
ser, ni tampoco con cuánta fuerza seguiría luchando día a día ante la
peor tragedia de mi vida. La verdad es que me cuesta mucho aceptar que
te hayas ido, algo que nunca debió pasar, sin embargo así fue. Tu cuerpo
voló con los ángeles y el mío quedó hecho pedazos que he ido
reconstruyendo a través de los días.
Miro hacia adelante, haciendo todo
lo posible para que no me veas triste. Quiero que te sientas orgulloso
de tener un padre fuerte, que no se da por vencido. Porque David, quiero
que sepas, que el final es sólo el principio y que tengo la esperanza
de que después de esta vida existe algo más para finalmente estar
juntos. Mientras tanto, acompáñame siempre y dame la fortaleza necesaria
para seguir luchando.
Gracias hijo por todos los momentos que
vivimos, por todos los valores que en tu corta edad en mí inculcaste,
por enseñarme que a pesar de las circunstancias siempre debemos luchar
por lo que queremos, por demostrarme que una sonrisa puede cambiar
muchas cosas.
Gracias David por lo que me has dado, por el cariño
que derramabas hacia los demás, gracias por hacer que el amor de mamá y
el mío sea cada vez más grande y fuerte, y gracias por enseñarme a
querer como nunca a tu hermana y a tu sobrino. Sé que desde ahí arriba
velas por todos nosotros y nos cuidas. Siempre te llevaré muy cerca de
mi corazón para que nunca olvides cuánto te quiero. Porque al final y
como te he dicho, estaremos juntos por siempre. Un inmenso abrazo y un
gran beso de aquí hasta el cielo. Hijo, siempre vivirás en mí.
3 comentarios:
Bonitas palabras para expresar tan tremendo dolor.
He llorado a cada palabra cargadisima de sentimientos. No lo dudes Fernando, cumplió su misión en la tierra y siempre, siempre estará entre vosotr@s! ! ♡
Preciosa dedicatoria de este Padre a su hijo y se aprecia todo el cariño que Le tenía y sigue teniendo !!! Padres Especiales
Publicar un comentario