Querido hijo:
Aquí estoy
un año más fiel a mi cita, viviendo estos días que me hacen sentir mal y no me
gustan nada, como bien sabes. Recordando como tal día como hoy, hace trece años
marchaste físicamente de nuestras vidas pero, no de nuestros corazones. Eso
nunca sucederá. Nunca te marchaste del todo.
El tiempo
como muchos piensan y dicen, no ayuda a olvidar. Te enseña a vivir con esa
ausencia pero, el vacío sigue ahí, y yo diría que cada vez ese vacío se hace
mayor.
Como bien
sabes, mamá y yo hablamos mucho de ti, es imposible no hacerlo. Eso nos ayuda a
ser fuertes y mitiga nuestro dolor. Y ves día sí y día también, como Carlos sin
darse cuenta nos está ayudando,
aportándonos esa alegría y esa frescura que tanto necesitamos y que
pienso, heredó de ti.
Solo quería
decirte que, sigues aquí con nosotros, que no te olvidamos y que seguirá siendo
así hasta el momento en el que nos volvamos a encontrar. Entonces nada ni nadie
nos separaran, y nuestros besos y abrazos serán eternos. Nunca dejaras de vivir
en mí.
Y es que
hijo mío, es muy duro sentir como corres por mis venas y no poderte abrazar.
Gracias por
permitirme recorrer parte de mi camino a tu lado.
Siempre en
mi……¡¡ te quiero !!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario