David.
David hijo, si pudieras oírme, si pudieras hablarme, cuantas palabras
quedaron dormidas, cuantos silencios acompañan mis días. Nada volverá a ser lo
mismo. Hoy sé que todo acabó, que esta vida que es tan injusta en su vuelo te
llevó, te arrebató de mi lado sin siquiera pedirme permiso dejando mi alma
destrozada, con la certeza de que nada es nuestro, ni siquiera el destino ni
los sueños que algún día compartimos.
Sé que me estarás esperando, que desde algún lugar tus manos son mi abrigo,
que estás conmigo cada noche cuando tus recuerdos me acompañan, que das
consuelo a mi corazón cuando ya sin fuerzas te llama, hoy sólo te pido hijo que
no dejes de acompañarme aunque a veces no lo sienta, sé que ahí estas marcando
mi camino, en cada paso que da mi vida.
Te digo lo mismo que escribió un buen amigo “Si en algún momento te aburres
y quieres hablar conmigo, entra en mis sueños”.
Beso grande hijo y un abrazo para Oscar y Sergio, tus compañeros de viaje.
1 comentario:
Un gran amigo y una gran persona. Nunca te olvidare. Besos al cielo.
Publicar un comentario